domingo, 7 de octubre de 2007

Poderoso Caballlero

Uno se puede pelear con Von Hayek o con Karl Marx, da lo mismo, pero aca el asunto es que se hace cada vez más dificil negar la gran letrilla de Quevedo.
Se que es una obviedad lo que digo, pero es cada vez mas evidente que el régimen K impone una logica que exige un conocimiento preclaro de la hermenéutica progresista, la exégesis peronista, o es claramente un discurso que cae directamente en el idiolecto sicótico, apartándose con gracia incluso del mas castizo oxímoron.
Digo esto porque se me hace imposible entender sin el concurso de las ciencias de las psiquis los dichos de este Gobierno. En cambio sus hechos se me hacen mas que intelegibles cuando releeo a ese rengo madrileño brillante.
Para los que querían un menenismo progre, acá lo tienen. Pero cuando todo esto se caiga, las organizaciones de derechos humanos que ahora estan con Cristina, no se quejen cuando corran la misma suerte que los Alsogaray y las Adelinas vivieron con Carlos, repudiadas por los (pocos) librepensadores que quedan. Perder a tu viejo en la dictadura no te hace mejor que al guachin que vió a su hermano cagado a tiros por tener un porro y ser morocho en cualquier esquina de Gonzalez Catán. Si pensás eso, con condescendencia burguesa, es porque no entendiste que la guerra de los pobres no se da solo en consultorios o fabricas, sino también y más a menudo en esquinas, bailantas y desarmaderos. Si pensás eso porque cobraste las 200 lucas que te dio el Estado, sos un garca. Y si lo pensas por las forradas que leiste en la universidad, sos un nabo.
Lo que digo, claro esta, no exime de culpa a ese cinturón de salames que rodean la capital y que sostienen con su desidia y necedad este sistema sorete. Para los que buscan un sistema mas justo de Gobierno, les recomiendo que piensen que república es posible con un ejército de zombies multíparos que deciden la elección desde que la "democracia" volvió a convencer a los creyentes.

1 comentario:

Unknown dijo...

Ayer entré por primera vez al blog. Este post me pareció extraordinario.

Saludos,

Martín